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La noche había caído al fin. Desde hacía algún tiempo, los días se me hacían cada vez más largos. Me parecía que el reloj no avanzaba nunca. Y todo, desde que te separaste de mi lado, mi pequeña Violet. Siempre te dicen que cuando llegas a adulto entiendes por que se toman ciertas decisiones. Que comprendes más cosas. Quizás sea por que yo solo sea una ciudadana clase Delta, pero nunca llegaré a entenderlo. ¿Cómo poder elegir entre darle la mejor educación a tu hija y darle tu amor? Quizás sea muy egoísta por mi parte, pero quisiera no haber tenido que elegir. ¿Por qué no podía tener las dos cosas? ¿Cómo elegir entre la educación y el amor? Dicen que tendrá la mejor educación posible, que su inteligencia se aprovechará al máximo, que llegará a ser una de las ciudadanas más importantes de nuestro planeta. Pero para mi, ya era la más importante desde el día que nació. He de pensar que fue la mejor decisión. Por tu futuro. Pero no puedo evitar echarte de menos. Desearía poder estrecharte entre mis brazos una vez más. Ojalá pudiese pasar contigo solo un día más. No se porqué, me siento más a gusto cuando llega la noche y puedo mirar el cielo y ver Tartarus, en la medida que las excesivas luces de la ciudad la permiten ver. Es como si hablase contigo y tu me contestases. Debe ser que la noche me pone más melancólica de lo normal, no sé. Pero si, de alguna forma consigues oírme, mi pequeña Violet, quiero decirte que no importa lo que pase, yo siempre te querré con todo el amor que mi corazón sea capaz de darte. Te extraño. Para mi, siempre serás mi bebe. Mi pequeña y adorada hija. Por favor, vuelve pronto.

 

Realizado con cariño para La Luna Solitaria

Soledad

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